Autor: Lic. Federico González
Director de Opinión Autenticada
Director del Programa de Actualización en Psicología y Opinión Pública – Facultad de Psicología - UBA
La elección ha finalizado y las incertidumbres pre-electorales han sido definidas: Cristina Fernández de Kirchner es la Presidente electa con casi un 45% de los votos, aventajando por un generoso margen a la Coalición Cívica liderada por Elisa Carrió. La pregunta obligada y recurrente es: ¿Y ahora qué va a pasar?
Por supuesto, resulta prematuro ir más allá de meras especulaciones, ya que -en definitiva- todo dependerá del comportamiento que asuman los principales actores del nuevo mapa político. No obstante, aquí se propone sugerir algunos ejes importantes a tener en cuenta.
1) En primer lugar, cabe señalar que las relaciones entre Gobierno y Oposición resultan dialécticas, aunque con cierto grado de asimetría en la medida en que el “primer turno” corresponde al Gobierno. En efecto, primariamente, lo que hará la oposición dependerá naturalmente de la estrategia que comience a desplegar el futuro gobierno y, secundariamente, los ejes discursivos de éste último podrían resultar influidos por la agenda crítica que vaya diseñando la oposición.
2) El nuevo Gobierno puede adoptar dos estrategias disímiles: insistir en un accionar político similar al del Presidente Néstor Kirchner ó -como expresaba el eslogan de campaña- impulsar el cambio, lo cual implicaría atender seria y certeramente a las asignaturas pendientes del gobierno actual: inflación, distribución del ingreso, inseguridad, crisis energética, descuido de los mecanismos republicanos, etc.
3) Si el gobierno de Cristina Kirchner, amparado en la interpretación de que el veredicto de las urnas supone un apoyo total a la gestión anterior, persiste en negar y/o en no solucionar satisfactoriamente los referidos problemas, entonces su situación podría tornarse decididamente vulnerable. Máxime aún si tales problemas se agudizaran, dado que no podrá cargar sobre otros el consabido latiguillo de la “herencia recibida”
4) En cuanto a la oposición, la pregunta abierta es acerca de los pesos relativos que le podrían corresponder a Mauricio Macri, a Elisa Carrió o (de modo más desdibujado) a Roberto Lavagna. El primero contaría a su favor la posibilidad de desarrollar una gestión exitosa en la Capital, capaz de reparar su virtual ausencia en el reciente comicio, donde el vendaval avasallante que su fuerza ostentaba luego de la elección en Capital parece haberse pulverizado casi por completo.
5) A favor de Elisa Carrió, puede contabilizarse que si el nuevo gobierno acentuara en su conjunto las dificultades arriba señaladas, probablemente la ciudadanía considere que debería haber sido más generosa y haberle conferido a través de las urnas una posibilidad real de acceso al ejecutivo.
6) En cambio, la figura de Roberto Lavagna podría verse reconsiderada si el nuevo gobierno fracasara fundamentalmente a partir del desmadre de la inflación y/o de la agudización de la crisis energética. Probablemente entonces la ciudadanía reivindicara la primigenia paternidad del modelo económico que sacó al país de la crisis del 2001 (logró que luego fue atribuido casi exclusivamente a la gestión del Presidente Néstor Kirchner) y, además, considerara que el apartamiento del ex ministro y el alejamiento de la pureza del plan inicial habrían sido la causa del fracaso final del referido modelo.
7) Otros actores de interés en el nuevo mapa serán los gobernadores electos de Santa Fe, Hermes Binner y de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. Respecto al primero, resultará clave si su relación se orienta más a hacia una coexistencia pacífica con el gobierno o a un rol más orientado a lo opositor. En este caso, la conjunción entre una buena gestión de Binner y una gestión cuestionable por parte del Gobierno de la Presidenta electa, podrían solidificar un frente opositor de envergadura representado por la Coalición Cívica con Elisa Carrió como inspiradora y el propio Binner como presidenciable (si es que cabe tomar como definitiva la negativa de Carrió a un nuevo intento presidencial)
8) En cuanto a Daniel Scioli, pieza fundamental en el éxito la arquitectura eleccionaria del oficialismo, importan también tanto el nivel de desempeño de su futura gestión como el modo en que se resuelva ese virtual “matrimonio por conveniencia” que desde hace tiempo mantiene con la pareja presidencial. De eso derivará un futuro rol de Daniel Scioli como aliado natural del Kirchnerismo o como un potencial oponente de fuste de cara al 2011.
9) Otro actor importante es el Partido Justicialista. ¿Volverá a reorganizarse alguna vez?, ¿Lo hará a través o en contra de un pretendido disciplinamiento encabezado por Néstor Kirchner? Si el Kirchnerismo consigue finalmente ese preciado trofeo, y en ausencia de grandes cataclismos políticos en el país, entonces sus posibilidades de perpetuarse en el poder aumentarían exponencialmente.
10) Otro actor que asoma, aunque apenas tibiamente, es el de Margarita Stolbizer como una futura líder de la UCR. El reordenamiento del centenario partido con una conducción clara siempre resulta una posibilidad latente que le imprimiría alguna impronta orgánica al arco opositor.
11) Por último, un factor clave que puede revertir la importancia de todos los anteriores está dado por la evolución económica mundial y la importancia relativa de las importaciones argentinas en ese contexto. Si persistieran los vientos de bonanza económica y el boom de ese nuevo “oro verde” que es la soja, entonces el próximo gobierno seguirá avanzando con un fuerte viento a favor. En cambio, si la economía mundial entrara a algún zona de turbulencia, el gobierno deberá agarrase fuerte para que los embates de la oposición no terminen por debilitarlo.
Soy Federico González
1 comentario:
Excelente artículo, felicito al autor.
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