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domingo, 8 de mayo de 2011

Mauricio Macri y Pino Solanas y sus regresos a la Capital: alguna reflexiones

Pregunta: ¿Cómo ve la elección en la Capital Federal ahora con los nuevos
protagonistas, Macri y Solanas?

* En principio, el escenario parece haber cambiado sustancialmente.
* Aunque, en rigor, aún no tenemos datos provenientes de mediciones, sí se pueden ensayar algunas conjeturas:
* Resultaría altamente probable que Pino Solanas pase a integrar el lote de los tres candidatos con posibilidades ciertas de acceder a un ballotage, el cual, a nuestro juicio, incluiría a a Mauricio Macri y a Daniel Filmus
* Pensamos que hoy resulta difícil precisar qué candidatos del escenario anterior serían absorbidos por Pino Solanas. Lo más fácil es conjeturar que provendrían del espacio progresista de centro-izquierda, lo cual incluiría votos de Filmus e Ibarra. No obstante, y dadas las características sui generis del electorado porteño, el fenómeno Pino parece más transversal, lo que significa que podría captar también a otro tipo de votantes, incluida hasta cierta porción de quienes se habrían inclinado por Gabriela Michetti.
* En cuanto a Mauricio Macri, a priori no parece tan evidente que su candidatura a la ciudad resulte una opción beneficiosa para el Pro . En efecto, antes de la irrupción de Pino, la eventual candidatura de Mauricio no parecía ser muy superior a la de Gabriela Michetti. Pero ahora, existen atendibles razones para sospechar que hasta podría resultar peor.
* En otro términos: obviamente entre los votantes de Macri y Michetti existe un apreciable nivel de solapamiento; pero lo que no queda claro es si, ante el nuevo escenario con Pino Lolanas, lo que se ganaría con el primero alcanza a compensar lo que se pierde con la ausencia de Michetti.
* En síntesis, aunque resulte especulativo, a nuestro juicio la jugada de Pino parece auspiciosa para sus chances. En cambio la de Macri, deja dudas respecto a su real incidencia respecto a las chances del Pro. Aunque, desde la perspectiva personal, quizás sea la única “apuesta ganadora” (no exenta del riesgo de perderlo todo) que le quedaría a Macri luego de su fallido intento presidencialista.
* Lo anterior no quita que el Pro pueda encontrar alguna “alquimia” aliviadora, que pueda pasar alrededor de la figura de Michetti como probable candidata a vice. Aunque la dupla quizás no provoque similar entusiasmo al del 2007, parece la mejor combinación (al respecto, la renuencia a haber capitalizado la figura de su candidata con mejor imagen pasará a engrosar el listado de las incompresibles dudas y obstinaciones macristas)
* Por último, a nivel de la psicología del electorado, existe una clara asimetría entre la "excursión electoralista" de Macri y la de Pino. Macri, en la medida en que se constituyó como un presidenciable con chances, regresaría al pago chico en situación de debilidad luego del fracaso de su apuesta mayor. En cambio, la candidatura presidencial de Pino, que sólo alcanzo ribetes testimoniales, le confiere a su regreso un carácter de mayor fortaleza. En tal sentido, el retorno de Macri al pago chico suena a premio consuelo; mientras que Pino aterrizaría ahora en un hábitat más acorde a sus posibilidades, luego de haber mostrado que podría haber estado para más. En síntesis, Macri regresa devaluado; Pino, fortalecido.

Implicancias de las deserciones de Mauricio Macri y Pino Solanas en las elecciones nacionales

Pregunta: ¿Cómo ve la elección nacional, ahora que se bajaron Macri y Solanas?

* El escenario electoral finalmente comienza a definirse con mayor claridad. A nuestro juicio, el hecho de que Mauricio Macri apareciera sistemáticamente en segundo lugar (con un nivel de intención oscilante entre 12 y 16 puntos) sobredimensionaba sus reales chances. Es que, más allá de la legitimidad de ciertas valoraciones ideológicas, lo cierto es que Macri representaba tanto un límite para el tejido de alianzas opositoras de mayor alcance, como un techo real para el electorado del arco opositor.
* En otros términos: a nuestro juicio, la salida de Macri amplía más de lo que resta al caudal electoral opositor.
* Eso no quita que su baja no afecte en mayor medida al espacio del PJ Federal que al del pan-radicalismo. Tampoco despeja la incógnita acerca de quienes capitalizarán aquel caudal de votos macristas. Pero sí nos aventuraríamos a especular que, para la porción del electorado que sin llegar a ser anti-K no comulga con el oficialismo, la probabilidad de votar a Cristina ante la disyuntiva de tener que optar entre ésta y una alianza encabezada por Macri, habría sido mayor; que si esa disyuntiva fuera entre Cristina y una alianza de otras características.
* En cuanto a la deserción de Pino Solanas, dado su escaso caudal de intención de votos (alrededor del 4%) no parece gravitar en demasía. Aunque sí parece más razonable suponer que favorecerán más al espacio opositor no macrista.
* En síntesis, más allá de ganancias y pérdidas parciales, a nuestro juicio las bajas de Macri y Solanas aclaran el panorama electoral y aumentarían ligeramente las posibilidades de un arco opositor que aún está demasiado lejos de consolidarse como un oponente de fuste para el oficialismo.
* Por último, a modo de cierre, hemos conjeturado sobre las implicancias políticas de los referidos sucesos. Pero eso no equivale a analizar el impacto directo sobre la opinión pública. Tal como sostiene Cecilia Valladares, los tiempos del electorado difieren de los del establishment político y mediático. La imagen de una ciudadanía atenta y expectante a las vicisitudes de una “gran contienda electoral” resulta alejada de la realidad. Probablemente muchos de los futuros votantes ni siquiera se enteren de detalles como los aquí analizados, mientras que otros quizás los adviertan cuando ya resulten extemporáneos.

domingo, 1 de mayo de 2011

¿Podría Ricardo Alfonsín ser Presidente. Vigencia de una visión formulada hace cinco meses

En Diciembre de 2010, Ricardo Alfonsín lanzó su candidatura presidencial.
En ese tiempo Julio Cobos y Ernesto Sanz se perfilaban como candidatos en internas de la UCR.
Por parte del PJ Federal, Mario das Neves también se había lanzado.
Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá aún no habían protagonizado ese tan confuso como grotesco papelón pre-internil.
Pino Solanas también se presentaba como presidenciable.
Mauricio Macri, aunque no había formulado intenciones enfáticas, aún no había sido corroído por la duda hamletiana del ser o no ser que hoy parece aquejarlo.
Aquel lanzamiento no tuvo demasiada trascendencia mediática. Sin embargo, en su discurso inaugural, Ricardo Alfonsín enunció palabras importantes para quienes pudieron leer entre líneas.
Por ese entonces, quien escribe, esbozo un documento señalando seis razones por las cuales Ricardo Alfonsín podía llegar a ser presidente.
Hoy, cuando el repertorio de los presidenciables inexorablemente se va achicando y, por ende, “suben las acciones” de quienes sostienen candidaturas que se van imponiendo, aquellas observaciones adquieran plena vigencia.
Lo que justifica su reproducción.

Ecos de un discurso de lanzamiento: Seis razones por las que Ricardo Alfonsín podría ser Presidente (diciembre de 2010)

No soy radical ni nunca lo fui. Mi simpatía hacia el radicalismo sólo se relaciona con ese sentimiento de esperanza y entusiasmo que alguna vez me despertó el ex Presidente Raúl Alfonsín. Esto no exime de subjetividad al presente texto, pero considero que permite dimensionar mejor su alcance.
Acabo de escuchar el discurso de Ricardo Alfonsín y, debo reconocerlo, me impresionó en forma positiva. Luego de escucharlo mi sensación es simple: no sé si será o no presidente, pero existen sobradas razones para pensar seriamente en tal posibilidad. Por lo menos se me ocurren las seis razones siguientes:
1. Honestidad / Transparencia: Ante todo Alfonsín parece una buena persona. A partir de su discurso y más allá de éste, Alfonsín transmite la poco frecuente virtud de un político regido por valores y por buenas intenciones, que expresa con convicción y claridad.
2. Sentido común: Alfonsín expresa ideas complejas en un lenguaje simple. Aunque señaló explícitamente que no se adentraría en su programa de gobierno, su discurso fue una declaración de principios estratégicos propios de un estadista. Dejó en claro la diferencia entre crecimiento y desarrollo, destacando a la lucha contra la pobreza como uno de los fines básicos de la política. Refutó con argumentos simples pero a la vez sólidos varias de las objeciones que podrían menoscabar su candidatura. En tal sentido, logró develar con claridad y sencillez las falacias que se esconden detrás de ideas que se repiten de modo irreflexivo a la hora de valorar a un nuevo líder político.
3. Pasión genuina y mística: Alfonsín transmite una profunda pasión por la política como instrumento de mejora de la vida humana. Y esa pasión suena enteramente creíble. Y llega a transmitir algo muy poco frecuente en los políticos contemporáneos: una voluntad de propósito que entusiasma y contagia. Alfonsín logra aunar el sentido de la política en una dimensión existencial. Y eso es mística.
4. Sensibilidad social: Como señalé antes, Alfonsín parece una buena persona. Y la sensibilidad hacia los más necesitados se expresa con clara y convincente preocupación en su discurso.
5. Inteligencia e Ideas: el discurso de Alfonsín no tiende a la enunciación de eslóganes vacíos de contenido. Al contrario, posee la sustancia típica de quienes están orientados a la acción.
6. Coraje: Ricardo Alfonsín tiene algo de genuino idealista. Pero eso no va en detrimento de la fortaleza. Cuando se enfrenta al fantasma del poder sindical desbarata, con argumentos simples, ese viejo lugar común que prescribe que este país sólo es gobernable por el peronismo. Alfonsín transmite con vehemencia lo que nunca debería haberse olvidado: cuando se actúa con convicción a favor del pueblo, no hay motivos para temer a nada más que a la voz de ese mismo pueblo.