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domingo, 17 de julio de 2011

¿Puede Ricardo Alfonsín ser el próximo Presidente Argentino?

¿Puede Ricardo Alfonsín ser el próximo Presidente Argentino?
Lic. Federico González.
Director del Programa de Actualización en psicología y Opinión Púbica, Facultad de Psicología, UBA
Director de Opinión Autenticada, Consultores en Opinión Pública y Estrategia Política




1. El contexto: dos tesis contrapuestas sobre las chances de Cristina Kirchner y de la oposición en la primera vuelta
Desde hace meses la pregunta recurrente y multiplicada hasta el hartazgo en los medios es: ¿podría Cristina ganar en primera vuelta?
Un puñado de encuestadores, a los que -con ironía- algunos se refieren como “elenco estable del oficialismo” (y que otros, con cierta sutil malicia, apodaron “encuestadores militantes”) pronostican la inexorabilidad de un resultado cantado: efectivamente, Cristina ganará en la primera vuelta.
Sus argumentos se basan principalmente en dos premisas, a saber: a) las encuestas (que ellos difunden) arrojan una intención de voto cuyo piso arranca en el 40% y cuyo techo, para los más osados, llegaría hasta el 46-48%; b) desde ahora y hasta octubre esta situación no cambiará.
Este cuadro es lo que algunos analistas críticos del oficialismo han denominado el mito de la invencibilidad de Cristina, que como tantos otros relatos oficialistas ¬–dicen¬– obedece más a operaciones propagandísticas mediático-discursivas que a conjeturas razonables. El objetivo, dicen los críticos, sería instalar la idea de que Cristina ya ganó.
Por el otro lado, un más reducido lote de encuestadores autodenominados independientes, insisten en la tesis de la cautela. En síntesis afirman lo siguiente:
Aunque es cierto que Cristina Kirchner encabeza hoy la intención de voto con cierta holgura (en promedio se le atribuye entre un 38% y 43%) superando por apreciable diferencia a una oposición fragmentada (que encabezaría Ricardo Alfonsín, con una intención oscilante entre 17% y 22% y/o Eduardo Duhalde, entre 12% y 15%) no es menos cierto que aún restan casi 100 días para una elección cuyos candidatos definitivos se definieron hace apenas algunas semanas.
Por su parte, desde el ámbito de algunos analistas políticos y de candidatos de la oposición, se viene argumentando lo que podría denominarse como la tesis del blanqueamiento a partir de las primarias de agosto.
En términos simples, la idea apunta a destacar que esas primarias servirán para orientar el denominado voto útil opositor. Así, quien logre imponerse claramente como el primer opositor se consagraría ante la ciudadanía como el oponente con mayores chances ante Cristina Kirchner y, por ende, acapararía la mayor proporción del voto opositor en la primera vuelta. Esto determinaría la posibilidad de forzar un ballotage, en la medida en que, o bien Cristina no alcanzaría los 40 puntos o, en el caso menos ideal, aún sacando entre un 40% y menos de un 45%, no podría superar por más de 10% a quien saliera segundo. Luego, en un eventual ballotage, una mayoría contraria al oficialismo terminaría consagrando al candidato opositor como el próximo presidente argentino.

2. Las chances de Ricardo Alfonsín
La respuesta a la pregunta ¿Puede Ricardo Alfonsín ser el próximo Presidente Argentino? admite énfasis diversos.
Así, existe un sentido trivial donde cabe una respuesta afirmativa: evidentemente Alfonsín puede ser presidente porque su candidatura, como la de los demás, representa un hecho lógicamente posible.
Pero, obviamente, aquí no se trata de considerar las posibilidades sino las probabilidades.
Dado el contexto descripto en el parágrafo anterior, la pregunta es: ¿Qué chances pueden atribuirse a la candidatura de Ricardo Alfonsín?
Determinar tales chances supone entonces determinar las probabilidades de una serie de eventos cuya concreción conduzca a la realización del evento final, es decir: Alfonsín Presidente.
Comencemos entonces por el primero de tales eventos: ¿Qué chances tiene Ricardo Alfonsín de alcanzar el segundo lugar en las elecciones primarias del 14 de alto? La respuesta a esta pregunta es que esas chances resultan altas. Y por las siguientes razones:
En primer lugar, Ricardo Alfonsín hoy se ubica claramente en ese segundo lugar en las mayorías de los sondeos serios de intención de voto, aventajando a Eduardo Duhalde por aproximadamente entre 5 puntos porcentuales. En promedio, su actual intención de voto supera ligeramente los 20 puntos, contra 15 de Duhalde. Hermes Binner, Alberto Rodríguez Saá y Elisa Carrió aparecen recién en un tercer pelotón, pero a distancia apreciable (9, 7 y 5 puntos, respectivamente)
Adicionalmente, al comparar los respectivos posicionamientos electorales entre Alfonsín y Duhalde surgen claras diferencias a favor del primero. En efecto, comparado con Duhalde, Alfonsín tiene un mayor índice de imagen de imagen positiva, una mayor consideración de voto (respuesta afirmativa a la pregunta “¿Podría llegar a votarlo?”) y un menor índice de rechazo (respuesta positiva a la opción “No lo votaría”)
Ante tal cuadro de situación, y a los efectos de responder a la pregunta central, resulta sustantivo analizar qué porcentaje podría alcanzar Cristina Kirchner en las referidas elecciones primarias. Al menos una docena de encuestas independientes (es decir, no enroladas con el gobierno nacional ni adscriptas a ningún candidato en particular) le estaría otorgando un promedio cercano a los 40 puntos (con un rango de variabilidad oscilante entre 38 y 42 puntos)
No obstante, las chances electorales de la actual presidente deberán afrontar el efecto de un humor adverso al oficialismo asociado a tres posibles derrotas, previas al 14 de agosto, en tres distritos claves. En efecto, resulta altamente probable que el oficialismo pierda claramente las próximas elecciones en Santa Fe, Capital Federal y Córdoba. Y, en consonancia, tales derrotas podrían provocar que Cristina Kirchner arribe a las primarias de Agosto con un ánimo electoral adverso que podría redundar en la pérdida de algunos puntos de su caudal electoral actual.
Adicionalmente, cabe destacar que las performances de los actores locales en los referidos distritos tendrán también sus implicancias para los candidatos presidenciales opositores, de cara al 14 de agosto. En tal sentido, resulta muy probable que si en Santa Fe termina imponiéndose Antonio Bonfatti, eso favorecerá grandemente la proyección nacional de Hermes Binner y, secundariamente las de Ricardo Alfonsín, en tanto aliado local. En contraposición, el impacto de la elección de Córdoba deja indeterminado el modo en que podría incidir sobre las candidaturas de Alfonsín, Duhalde, Binner y Rodríguez Saá. Y otro tanto ocurre con el resultado final en Capital, donde el eventual triunfo macrista podría incidir de modo diferencial sobre las aspiraciones de Duhalde y de Alfonsín (quizás de modo ligeramente favorable al primero) y menos sobre la de Hermes Binner.
Lo anterior permite entonces bosquejar, a modo de escenario probable, que el resultado de las primarias, efectivamente, puede ordenar el mapa de modo más favorable a la oposición. Y, adicionalmente, reforzar las chances de Alfonsín dentro de ese último espacio.
Por supuesto, aún cuando tal escenario se verifique, resultará cruciales las magnitud de tres diferencias: la existente entre el primero y el segundo (por hipótesis: Cristina respecto a Alfonsín), la del segundo respecto al tercero (por hipótesis: Alfonsín respecto de Duhalde), y la del tercero respecto a los eventuales cuarto, quinto y sexto (por hipótesis: Binner, Rodríguez Saá y Carrió)
De tales magnitudes surgirá en definitiva las probabilidad de que Ricardo Alfonsín se transforme, de cara a octubre, en el líder opositor con mayores y reales chances de disputar el poder a Cristina en la primera vuelta de octubre.
La “foto de hoy” (metáfora muy usual en los últimos tiempos) permite proyectar el desarrollo de una película donde el resultado final “Alfonsín Presidente” resulta un escenario de alta probabilidad.
En síntesis, y a modo de corolario parcial, cabe concluir positivamente a la pregunta de origen para concluir afirmando que, efectivamente, Alfonsín puede llegar a ser el próximo presidente argentino.


3. Otros factores coyunturales a favor de las chances de Alfonsín
Independientemente del análisis anterior, corresponde destacar un par de circunstancias del contexto eleccionario que permitirían aún más reforzar las chances de Ricardo Alfonsín.
En primer lugar, y aunque resulte una síntesis redundante, cabe decir que el oficialismo parece haber entrado en un período de turbulencia preocupante; mientras que la oposición, luego de una larga serie de devaneos y desacierto previos, parece hoy claramente encaminada.
En segundo lugar, cabe realizar un parangón entre el rol de los dos principales fuerzas opositoras en la presente elección respecto a la de 2007. En aquella oportunidad Elisa Carrió y Roberto Lavagna, establecieron una estrategia claramente competitiva para persuadir al electorado opositor. Tal conducta, expresada en una serie de acusaciones cruzadas resultó ineficaz para las aspiraciones de ambos candidatos, que terminaron horadando sus mutuas chances.
En contraposición, la relación entre las campañas de Alfonsín y de Duhalde se presenta de modo armónico, sobre un fondo de tácito “pacto de no agresión”. En terminología de teoría de juegos, este tipo de estrategia es lo que se conoce como “coopetencia”, una síntesis sinérgica entre cooperación y competencia. Traducido a terminología más sencilla, podría decirse que Alfonsín y Duhalde habrían asumido la importancia de no confrontar abiertamente entre ellos mientras avanzan en pos de enfrentar con mayor fortaleza a Cristina Kirchner.
Volviendo entonces a la pregunta sobre las chances presidenciales de Ricardo Alfonsín, cabe concluir que la existencia de este particular modo de coopetencia con Eduardo Duhalde resulta un reforzamiento adicional de sus posibilidades, por dos razones: por un lado, le permite avanzar hacia el 14 de agosto concentrándose en sus propia propuesta y atiendo sólo a la confrontación con el kirchnerismo; por otro lado, le asegura heredar, tanto para la primera vuelta como ante un eventual ballotage, el caudal de votos de Duhalde en caso de que éste¸ como resulta probable, terminara ocupando el tercer lugar.
Se concluye entonces en que, dada la serie de entramados estructurales del actual proceso eleccionario que ha sido analizada, la probabilidad de que Ricardo Alfonsí n resulte el próximo presidente electo de los argentinos resulta plenamente justificada.
Por cierto, en este artículo no se han analizado qué estrategias de campañas maximizarían dicha probabilidad. Eso será motivo de otro análisis.