En relación a nuestra medición anterior, donde la diferencia a favor De Naváez-Solá respecto a Stolbizer-Alfonsín resultaba apreciable, en la presente se asiste a un escenario de triple empate técnico entre las tres principales fuerzas de la presente contienda electoral.
Aunque, en primera instancia, un escenario de paridad entre las dos principales fuerzas opositoras parece beneficiar a las chances oficialistas, conviene tener presente algunas circunstancias que representan potenciales amenazas para tales chances:
Por un lado, la extrema cercanía entre las tres fuerzas ya constituye per se una primera amenaza.
Por otro lado, el porcentaje de las dos principales fuerzas opositoras que manifiesta una intención de voto castigo. Este subgrupo, que –aproximadamente- representa un 15.1 % del total de votantes (8.9% proveniente de los potenciales votantes de De Narváez-Solá y 6.2%, de quienes manifiestan que lo harían por Stolbizer-Alfonsín) constituye un factor de importancia a tener en cuenta en el probable desenlace de la elección. En efecto, este potencial “voto útil” (derivado natural de aquel “voto castigo”) podría terminar desequilibrando la triple paridad hacia uno u otro lado, dependiendo de la circunstancia de que fórmula y/o candidato encarne mejor dicha utilidad.
Una vez más, los hallazgos relevados resultan compatibles con anteriores análisis de esta consultora donde se ha hecho hincapié sobre el carácter estructural del voto oficialista, caracterizado por su consolidación estable, en contraposición con el carácter inestable del voto opositor, que –en un porcentaje considerable– parece continuar oscilando entre las dos principales fuerzas opositoras.
Soy Federico González